( Por: Un Niño)
Cuando pensabas que no te veía,
te vi pegar mi primer dibujo al refrigerador, e inmediatamente quise pintar
otro.
Cuando pensabas que no te
veía, te vi arreglar y disponer de todo en nuestra casa para que
fuese agradable vivir, pendiente de detalles, y entendí que las
pequeñas cosas son las cosas especiales de la vida.
Cuando pensabas que no te
veía... Te escuché pedirle a Dios y supe que existía
un Dios al que le podría yo platicar y en quien confiar.
Cuando pensabas que no te
veía... Te vi preocuparte por tus amigos sanos y enfermos y aprendí
que todos debemos de ayudarnos y cuidarnos unos a otros.
Cuando pensabas que no te
veía... Te vi dar tu tiempo y dinero para ayudar a personas que
no tienen nada y aprendí que aquellos que tienen algo deben de compartirlo
con quienes no tienen.
Cuando pensabas que no te
veía.. Te sentí darme un beso por la noche y me sentí
amado y seguro.
Cuando pensabas que no te
veía... Te vi atender la casa y a todos los que vivimos en ella
y aprendí a cuidar lo que se nos da.
Cuando pensabas que no te
veía... Vi como cumplías con tus responsabilidades aún
cuando no te sentías bien, y aprendí que debo de ser responsable
cuando crezca.
Cuando pensabas que no te
veía... Vi lagrimas salir de tus ojos y aprendí que algunas
veces las cosas duelen, y que está bien llorar.
Cuando pensabas que no te
veía... Vi que te importaba y quise ser todo lo que puedo llegar
a ser.
Cuando pensabas que no te
veía... Aprendí casi todas las lecciones de la vida que necesito
saber para ser una persona buena y productiva cuando crezca.
Cuando pensabas que no te
veía, te vi y quise decir:
¡Gracias por todas las cosas que vi, cuando pensabas que no te veía.!