1. Compañerismo: Si vemos el relato de la creación nos damos cuenta de que
Dios hizo a la mujer con el propósito de apagar la soledad del hombre. Ese
fue el propósito de su diseño y lo sigue siendo hasta ahora, es por eso,
que
ella es tan social y tan platicadora. Como maridos, necesitamos entender
esto y suplir su necesidad de compañerismo. Al regresar del trabajo,
platiquemos con ella contándole los eventos del día, recuerde que un
sencillo "bien" no
basta, tienes que decirle todos los detalles y revelarle tus sentimientos.
Los psicólogos dicen que el hombre habla un promedio de 12,000 palabras por
día, mientras que la mujer, un promedio de 25,000. esta diferencia se
agudiza aún más al considerar que el hombre utiliza casi toda su cuota en
el
trabajo y que para cuando llega a casa, ¡ya no le queda mucho que decir!
Mientras que la mujer no ha tenido mucha oportunidad de utilizar sus 25,000
palabras, y cuando llegamos a casa, ¡está por explotar por falta de
comunicación! Ahora, si somos insesibles a esta necesidad y nos plantamos
frente al televisor o el periódico, la llevaremos a la frustración y
causaremos grandes conflictos en nuestro matrimonio. Toma tiempo para
platicar, deja que te cuente todo lo que le sucedió en el día y cómo se
sintió. Haz un esfuerzo por ser más comunicativo acerca de tus
sentimientos.

2. Compasión: Ella necesita en nosotros alguien que pueda entender sus
frustraciones. Como hombres analíticos, tenemos la tendencia de quererle
solucionar los problemas cada vez que nos lo cuenta, esto la hace enojar.
Debemos entender que eso no es lo que ella espera. Recordemos que es una
persona inteligente, capaz de resolver sus conflictos y sacar sus propias
conclusiones. Lo que anhela es alguien que la escuche y simpatice con ella.
Por eso es que siempre recurre a la amiga, quien lejos de hacerla sentir
inepta e incapaz, la escucha empáticamente.

3. Romance: No se me emocione amigo, dije romance, no sexo.
Desafortunadamente, muchos de nosotros confundimos estas dos cosas. Las
mujeres no. Toda mujer sueña con el príncipe azul que llega en su caballo
blanco a rescatarla de la vida rutinaria y carente de romance. Nosotros
podemos hacer realidad este sueño muy fácilmente, ya que ella no espera
perlas ni diamantes; lo que desea es que pienses en ella. Los detalles
sencillos como una rosa, unos chocolates, una tarjeta o una llamada
telefónica, bastan para llenarla de ensoñación. Sorpréndela con una tarjeta
que diga cuánto la amas y todo lo que significa para ti. Si se desmaya, no
te preocupes, es que como no has sido romántico en tanto tiempo, ¡no sabe
qué hacer! Inv1tala a cenar a solas sin los hijos, tu mejor traje y dale
una
noche de gala. Si no tienes mucho dinero, llévala a pasear por el parque
tomados de la mano y no hables de cosas mundanas, sino del amor que le
tienes. Llámala del trabajo solamente para ver cómo está y para que sepa
que
estás pensando en ella, no sólo la llames para regañarla o pedirle que te
haga algo.

4. Afecto: Necesita sentir tu afecto con palabras y caricias. Desde la
mañana cuando te levantas, voltea con ella y aunque tenga los pelos
parados,
una mascarilla verde y aliento de dragón, ¡dale un beso en los labios!,
dile
que la quieres y que está muy bonita. Es posible que tengas que llamar a la
cruz roja porque se te va a desmayar. No olvides darle un beso y un abrazo
cuando llegues del trabajo. Dile lo bonito que son sus ojos y lo sedoso que
es su cabello. Cuando estén juntos, tómala de la mano, acaríciala. Aprende
a
ser expresivo, agradécele el cuidado de la casa, la comida y todo lo que
hace por los niños. ¡Que cuando llegues a la cama buscando relaciones no
sea
el único momento en que la tocas y le diriges la palabra!
Aprovecha cualquier oportunidad para expresarle tu amor.

5. Pasión: Aunque tú no lo creas, tu mujer necesita la pasión, pero para
que
ella perciba esa necesidad y esté deseosa de que tú suplas, tienes que
haber
provisto las primeras cuatro necesidades anteriores. Si no pones atención a
todo lo anterior, tampoco esperes mucha pasión.
Dios hizo a la mujer para disfrutar la relación mucho más que nosotros,
pero
requiere preparación. El sexo es un asunto de amor y debe hacerse despacio.
Disfrutando cada momento juntos. Veo tantos hombres que les encanta jugar
futbol, y que antes del partido toman diligentemente el tiempo de
calentamiento. El sexo tiene que ser igual, tenemos que dedicarle tiempo al
juego previo con besos, caricias y declaraciones de amor antes de la
relación. Si aprendes estas cosas, ¡tu mujer jamás volverá a tener un dolor
de cabeza!