Le pedí a Dios ser fuerte para poder ejecutar grandes proyectos y El me
hizo débil para conservarme humilde.

Le pedí a Dios que me diese salud para realizar grandes proezas y El me
dió la enfermedad para comprenderlo mejor.

Le pedí a Dios riqueza para poseerlo todo y El me dejó pobre para que no
fuera egoísta.

Le pedí a Dios poder e influencia para que los hombres tuvieran la
necesidad de mí, y El me dió humildad para que yo necesitara de ellos.

Le pedí a Dios todo para gozar de la vida y El me dió la vida para que
yo gozara de todo.

Señor... no recibí nada de lo que te pedí, pero me diste todo lo que yo
necesitaba; y casi contra mi voluntad fueron oídas todas las oraciones
que no hice.

Bendito seas Señor... Dios mío, entre todos los hombres nadie tiene más
que yo.
 

Anónimo.